Nuestra historia es la de dos personas que se conocieron hace siete años, pero que, sin saberlo, siempre habían tenido mucho en común. Nacimos en el mismo lugar con tan solo unos meses de diferencia. Crecimos viendo el atardecer, haciendo deporte y jugando Monopoly. Frecuentamos los mismos sitios de fiesta y, cuando llegó la hora de estudiar, elegimos la misma carrera, pero en ciudades distintas.

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Finalmente el destino quiso que nos encontrásemos en el trabajo, ¡Para que las largas jornadas fueran más alegres! Y el día a día forjó una gran amistad que se acabó convirtiendo en amor. Hoy, tras varios años de vivencias y convivencia, nuestro amor continúa tan grande como el primer día, y así queremos que sea para siempre.